Cientos de firmas, recogidas una a una, sin que hubiera que hacer mayor esfuerzo de convencimiento, fueron depositadas en la mesa de la organización Amig@s del Pueblo Vasco exigiendo «Amnistía ya» para los presos y presas. Pero también, acoplándose a lo que muy pronto (a principios de junio) va a ocurrir entre Durango e Iruñea-Pamplona (esta última es la de los San Fermines y la pelea contra la derecha más rancia), hubo también una cadena humana en plena fiesta, por «el derecho a decidir» del pueblo vasco. Como dice la plataforma que lo organiza en Euskal Herria: «Gure esku dago» (Está en nuestras manos), aquí también se encadenaron jóvenes bailarines (dantzaris) con militantes de EHL y Euskaltzaleak (la Escuela de lengua vasca) para demostrar que en Argentina somos muchos y muchas los que desde la diáspora queremos que Euskal Herria sea muy pronto independiente, socialista y con los presos y presas sumados por entero al proceso de reconstrucción de la Patria lejana.
En medio de tanta euforia y con la piel y las ropas chorreando agua, no faltó el recordatorio a los presos gravemente enfermos, como son Ibon Iparragirre, Ventura Tomé o Josu Uribetxeberria, cuyos nombres se hicieron bandera de una exigencia que no puede esperar más: Amnistia y «todos y todas a casa», que ya está bien de imposición imperial, de malos tratos, de terrorismo de Estado, y otras truculencias. (Resumen Latinoamericano)
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