[De Alice Speri] The largest prison strike in U.S. history has been going on for nearly a week, but there’s a good chance you haven’t heard about it. For months, inmates at dozens of prisons across the country have been organizing through a network of smuggled cellphones, social media pages, and the support of allies on the outside. The effort culminated in a mass refusal to report to prison jobs on September 9, the anniversary of the 1971 Attica prison uprising.
«This is a call to action against slavery in America,» organizers wrote in an announcement that for weeks circulated inside and outside prisons nationwide, and that sums up the strikers’ primary demand: an end to free prison labor. (The Intercept)
«Macri ordena vallar el país pero no consigue parar la protesta popular / La Boca es un ejemplo» (Resumen Latinoamericano)
No alcanzó la militarización con todas las fuerzas de seguridad que desde el miércoles se vivió en el barrio de La Boca, para evitar que en la jornada de ayer, un amplísimo arco de organizaciones sociales, políticas, sindicales y culturales movilizaran a los alrededores de la Usina del Arte para expresar el descontento.
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Hasta las expresiones culturales del barrio se sumaron en contra del tarifazo, y a pesar de la militarización que se mantuvo hasta altas horas de la noche, el Grupo de Teatro Catalinas Sur, ofreció su habitual función de los viernes a la noche. En forma de protesta, y para aliviar el bolsillo de los espectadores afectados por el tarifazo, la función fue gratuita.