[De Chema Sánchez] En plena Guerra Fría, EEUU se percata del «peligro» y teme por este crecimiento excesivo (para sus intereses) del movimiento comunista internacional en otra región tan habitada del globo terráqueo. El secretario de Estado norteamericano, John Foster Dulles, declaró que «el PKI se había convertido en el principal problema en Indonesia» y el embajador norteamericano explicaba que no era posible vencerles «recurriendo a los medios democráticos ordinarios». La intervención estaba asegurada.
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Cuando el PKI se convirtió en una seria amenaza para los intereses de los poderosos, se produjo «inesperadamente» el asesinato de 6 generales nacionales por mandos intermedios del ejército (Movimiento 30 de septiembre). Fue la excusa perfecta para achacárselo sin pruebas al partido comunista como único culpable y, de paso, acusarlo de golpista. A partir de aquí, da comienzo el periodo denominado: «La masacre de 1965», llevado a cabo por una confluencia despiadada entre fuerzas armadas nacionales, los privilegiados líderes religiosos, las mafias callejeras y, cómo no, el «Tío Sam». (redroja.net)