[De Marco Teruggi] Esos tiempos tienen exigencias. Piden que se retome el control sobre una economía que parece haberse desbocado, en particular en los precios, que se ejerza autoridad, se frene un escenario donde muchos han hecho de las necesidades pequeños, medianos, y millonarios negocios, que la dirigencia recupere el idioma de las calles, la forma Chávez de hacer política, profundice la lucha contra la corrupción que ha venido avanzando, que las promesas de campaña no sean promesas de campaña, sean hechos. Es una demanda a la dirección, al gobierno, al Partido Socialista Unido de Venezuela, a las instituciones, a la revolución como espacio de construcción, expectativa, de identidad.
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El próximo paso es el 20 de mayo, garantizar la continuidad en el poder político. Es imprescindible, por el cuadro nacional y continental, ese que nunca pierde de vista el imperialismo. No existen tres bloques, existen dos. Es dentro del proceso, del chavismo como corriente histórica, que se pueden construir soluciones a las urgencias del cotidiano dentro de la perspectiva estratégica. Sería tarde darse cuenta después, con las clases dominantes descargando la revancha sin frenos ni mediaciones hasta dentro de nuestras casas.
Estamos ante nosotros mismos. Como historia, rabia, caribe, latinoamericanos, con nuestras pasiones y pobrezas, en una época que nos desafía como generaciones reunidas alrededor de Venezuela. Hay en este destino un destino común, que marca lo que podremos, o no, en los próximos años. Nos miran quienes nos antecedieron, quienes vendrán y buscarán lo que hayamos logrado. (lahaine.org)