[De Borroka Garaia] Está dando mucho que hablar el gaztetxe Maravillas. Y ocurre como con aquel mayordomo que en los 80 se paseaba en spots publicitarios de casa en casa haciendo la prueba del algodón. El algodón no engaña, decía, y ahí salía la mierda al pasarlo por los azulejos. Claro que la mierda está saliendo en gobiernos, ayuntamientos, partidos, concejales y policías.
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Tiene su miga que unos partidos que hablan tanto de memoria histórica e incluso a veces de «abuso policial» sean incapaces de recordar que antes de ayer mandaron a la policía bien armada a apalear a la desarmada juventud obrera de Iruñea y que eso les pareció impecable. No solo el intentar robar un espacio colectivizado para la juventud y clase trabajadora, sino dejar marcado a palos los cuerpos de estos y estas jóvenes. Nada indica que algunos de los disparos de las bocachas del subfusil a bocajarro no pudieran haber causado alguna desgracia mayor. Quizás un ojo perdido. Igual una muerte. La probabilidad está ahí. (BorrokaGaraiaDa)