[De Ángeles Maestro] La indignación razonable no debiera llevarnos a tratar esta sentencia [del Pleno del Tribunal Supremo] como un caso aislado. Tampoco como la manifestación esencial del problema. Esta sentencia se une a la lista de escándalos protagonizados por ese Tribunal. Cada vez más gente de a pie sabe que eso ocurre cada día en multitud de tribunales y despachos oficiales y que, si no son suficientes las «puertas giratorias», se recurre a presiones directas más violentas.
Eso sucede aquí, en cualquier país de la UE y en cualquier estado del planeta en el que el poder real máximo resida en una plutocracia que controla los bancos y las grandes multinacionales y que tiene los poderes del Estado a su servicio. Se llama capitalismo. (redroja.net)