[Entrevista de Canarias Semanal a Iñaki Gil de San Vicente] Yo puedo entender la situación de estos compañeros desde el punto de vista personal, pero lo que corresponde hacer es un análisis político; y desde ese punto de vista hay que decir que el acuerdo alcanzado tiene unas implicaciones tremendas. No es una simple decisión «táctica», sino que supone la aceptación de una mentalidad inquisitorial que implica el acto de contrición. Reconocer el pecado, la culpa y asumir el castigo que impone el Poder, que en este caso, para todos menos para dos personas, son dos años de condena que les libran de ir a la cárcel.
Supone, en definitiva, la aceptación de la autoridad externa -ya esté en el cielo o ya esté en Madrid-. De las leyes del sistema. Esto tiene unas consecuencias políticas inmediatas y muy graves, porque si unos aceptan esta ley, los que no lo hagan, los que sigan siendo rebeldes y defendiendo sus derechos como hasta ahora, quedan vendidos. (BorrokaGaraiaDa)