[De Atilio Borón] El sabotaje del gobierno estadounidense ha sido persistente, creciente y brutal. Demócratas y republicanos se han alternado en la Casa Blanca pero todos han coincidido en su enfermiza obsesión por aplastar a la Revolución Cubana y borrar de la faz de la tierra un ejemplo que demuestra que aún bajo el ataque «de amplio espectro» de la mayor superpotencia del planeta un país de la periferia puede garantizar para toda la población salud, educación, alimentación, seguridad social y una vida austera pero digna. Cosas que ningún país capitalista puede hacer porque en ellos todos esos derechos que la Revolución Cubana ofrece a su ciudadanía son meras mercancías u oportunidades de negocios. (
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