[De Iñaki Gil de San Vicente] La derrota proletaria en Occidente no fue causada tanto por la «traición» de este grupo especial de asalariados, como por la conjunción de varios factores: la fuerza irracional del fetichismo de la mercancía en auge desde la década de los ’50; el nacionalismo imperialista azuzado por la prensa contra las guerras de liberación antiimperialista que debilitaban el poder occidental; la nueva estrategia represiva del capitalismo; la presión desmovilizadora y frecuentemente reaccionaria del eurocomunismo, entre otras más. Un papel clave en la derrota lo tuvieron los aparatos de poder imperialista, el FMI, sobre todo, cuya salvaje inhumanidad es silenciada en todo momento por la prensa.
El ataque a la teoría marxista del Estado, del poder y de la violencia, facilitó la ocultación del papel criminal del FMI y otras instituciones del capital –por ejemplo, la mitificación reaccionaria de la Unión Europea y su euro imperialismo–, desviando la atención hacia nebulosas inasibles convertidas en mantras que lo justifican todo: el neoliberalismo, la globalización, el mercado financiero, el «terrorismo»…, o hacia conceptos entonces de moda como «biopolítica» y «necropolítica»: pocas veces en la historia del pensamiento, tantas palabras han tenido tan poca riqueza conceptual han creado tanta confusión. / Ver: lahaine.org