[De Herritar Batasuna] Tanto los unionistas españoles, así como los colaboracionistas «locales», en su afán por deformar la naturaleza del conflicto político-armado, coinciden en su relato acerca de lo sucedido en las últimas décadas: esto es, que desde que se aprobó la Constitución española del 78 vivimos en democracia. Y que, todos los y las militantes vascas encarceladas desde entonces hasta el día de hoy, no son más que terroristas que han pretendido acabar con aquélla para imponer sus ideas totalitarias.
En su opinión, la cuestión de la violencia se reduciría únicamente a tratar las consecuencias derivadas de la ejercida por éstos últimos: de un lado, mediante la adopción de todo tipo de medidas legales, sociales y económicas en solidaridad con las víctimas. Y, de otro, en lo que respecta a la situación de los y las militantes encarceladas, obligarles a que reconozcan el daño causado, muestren arrepentimiento por ello y presten su colaboración con la justicia española. Lo que, en definitiva, no es sino el mero cumplimiento de las vigentes leyes penales y penitenciarias.
Ante ello, la posición de las personas que participamos en la Unidad Popular es muy clara: en todo momento reivindicaremos que los y las presas políticas vascas son militantes políticas encarceladas por su lucha contra la imposición de España y Francia, y a favor de la libertad de nuestra nación. De manera que no aceptaremos que las consecuencias de la lucha ejercida por ellas recaiga individualmente sobre sus espaldas.
Por consiguiente, además de subrayar y reivindicar su condición de presos y presas políticas, exigimos una solución política a su situación, tal y como recoge la propia reivindicación de la Amnistía. / Ver: lahaine.org