[De Juan Manuel Olarieta] El «bobo» es el «pequeño burgués bohemio» cuyo hábitat natural es siempre la capital (Nueva York, París, Madrid). Más aún: es el viejo «burgués gentilhombre» de Molière, aquel que hablaba en prosa sin saberlo.
Quizá el «bobo» de hoy tenga un poco más de cultura; quizá sea precisamente un «cultureta», ese tipo de esponja que absorbe y exuda la ideología dominante a través de los nuevos medios digitales, desde los videojuegos hasta YouTube. Es un gilipollas que ha pasado por la universidad y casi seguro que tiene un máster de esos que se venden y se compran a precio de oro.
«Económicamente está a la derecha e ideológicamente a la izquierda», dice un experto, en referencia a «la izquierda caviar», exquisita, ese conglomerado de intelectuales que resumen lo que la contracultura ha impuesto como menú políticamente correcto y saludable: feminista, ecologista, «gay friendly», animalista, vegano...
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Una subespecie del «bobo» es el «lili» (liberal libertario) en donde la «nueva izquierda» que arrastra los pies desde mayo del 68 converge con «la ultraderecha». (Movimiento Político de Resistencia)
segunda-feira, 3 de dezembro de 2018
«Casi todos los ‘bobos’ votan a Podemos (a diferencia de los ‘bonobos’)»
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