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Pero cuando rascamos las apariencias vemos que hay fuerzas más profundas, contradicciones sociales que laten o rugen: las clases y pueblos explotados que se enfrentan a esos poderes, las alianzas claudicantes y colaboracionistas de sus burguesías con los poderes extranjeros, etc. Llegados a este subsuelo tal vez veamos lo que algunos estudios de geopolítica han concretado tanto, pero suelen ser pocos, de corrientes minoritarias sin apenas aparición en la industria político-mediática, llamada «prensa».
Pero no los encontraremos una vez que hayamos descendido a los hornos, a las calderas en las que la explotación vivifica al capitalismo, donde la producción/reproducción de capital encuentra su felicidad y su ética en la vajilla de oro del dolor humano: aquí, en la unidad y lucha de contrarios inconciliables, solamente el marxismo puede ayudarnos porque nos guiará por la inacabable polifonía de injusticias y resistencia hasta enseñarnos que la red de nudos rojos que tienden a interactuar pueden confluir en la estrategia de tomar el cielo por asalto. (lahaine.org)