domingo, 28 de fevereiro de 2016

[Argentina] «Cuarenta años después, sin perdonar ni poner la otra mejilla»

[De Néstor Kohan] Aparato versus aparato perdemos, al menos por ahora y así ha sido durante el último medio siglo o quizás durante todo el siglo. Guerra revolucionaria que no está llevada adelante por el pueblo como protagonista central, cae inexorablemente derrotada (lo escribió Giap, lo subrayó el Che, lo demostró la historia). Cuando se limitan a la confrontación exclusiva dos aparatos, esas derrotas populares involucran centralmente a las instituciones de inteligencia y contrainteligencia, donde el estado burgués suele ser más poderoso porque además cuenta con el asesoramiento del imperialismo, yanqui, israelí, de donde sea [Véase Capitán (r) Héctor Vergez: Yo fui Vargas. El antiterrorismo por dentro. Buenos Aires, edición del autor, 1995. p. 210. Libro no apto para quienes tienen problemas digestivos o debilidades con el vómito].

Ese tipo de confrontaciones con aspiraciones revolucionarias se deben hacer a largo plazo, si pretenden triunfar. La palabra «popular» y el termino «prolongada» deberían ser tomados juntos y en serio. No como consignas de ocasión ni para decorar el salón, el volante o el periódico. Quizás allí reside una de nuestras principales falencias. Que no opaca ni medio milímetro el heroísmo de nuestros entrañables compañeros y compañeras que lo dieron todo por la causa del pueblo, por la revolución, por la patria grande y el socialismo. Por eso los queremos, los llevamos en la piel y jamás los vamos a olvidar. / Ler: aporrea.org