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No conviene engañarse. En las crisis, la inversión de capital se frena, e incluso hay una huida masiva de capitales como la que ya está sucediendo —tan patriotas ellos— porque no ven posibilidades de recuperar la tasa de ganancia. Y la inversión no vuelve hasta que no se ha producido un «saneamiento», es decir la destrucción de empresas débiles, fundamentalmente la pequeña y mediana empresa y condiciones más favorables de explotación de la mano de obra. (lahaine.org)