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Todos saben que está a la vuelta de la esquina, pero de eso – tampoco – nadie habla. La crisis rompió en pedazos el espejismo reformista de «mejoras» o de «bienestar» sin tocar el núcleo duro de la estructura de poder. Y para hablar mínimamente en serio de soluciones habría que decir alto y claro que el gran capital europeo, para intentar salvar sus bancos y sus multinacionales del naufragio, además de los rescates con dinero público, nos ha impuesto la camisa de fuerza del Déficit y del pago de una Deuda construida, precisamente, por esos rescates. Y sobre todo, porque si se hablara claro, la gente entendería y exigiría actuar en consecuencia, y no están dispuestos. El vergonzoso ejemplo de la «nueva izquierda» – Syriza – en Grecia o el más cercano del «cambio» de Pedro Sánchez apoyado por Unidos Podemos, nos ahorra más argumentos. (revistalacomuna.com)