[De Alberto Frías (presunto abogado)] No sirve con la indignación que se agota en sí misma, con el eco mediático de las plañideras televisivas, con las que acaban en proposiciones no de ley vacías como buñuelos envenenados,… la indignación de mujer, de joven en Altsasu, de independentista en Cataluña, de jubilada, son la misma indignación. El reto por tanto está en cambiar la correlación de fuerzas, y no estoy hablando de lógica parlamentaria, sino de poder popular.
[…]
Frente al desánimo, frente a la extensión del mensaje del pensamiento único que cae rendido en los brazos del sistema, de su lógica, de su laberinto del Dédalo institucional, recordar de nuevo a Bertolt Brecht: «Cuando los que luchan contra la injusticia están vencidos, no por eso tiene razón la injusticia. Nuestras derrotas lo único que demuestran es que somos pocos los que luchan contra la infamia. Y de los espectadores, esperamos que al menos se sientan avergonzados».
Que cada cual dé respuesta al interrogante que figura en el título, y sobre todo, que actuemos en consecuencia. (BorrokaGaraiaDa)