[De Borroka Garaia] Ni que decir tiene que los supuestos hechos de Altsasu que se juzgan ahora en ese tribunal de Madrid que se hace llamar audiencia nacional y que no es otra cosa que el tribunal de orden público franquista con otro nombre y los mismos jueces, no tiene nada que ver con terrorismo.
Sino que la palabra terrorismo en un principio fue metida a calzador por el estado español para deslegitimar a la resistencia anti-franquista y después extendida en el tiempo para los y las que no aceptaron la reforma franquista, especialmente para la resistencia vasca.
La doble función que cumple el uso de tal término por una parte sirve para volver irracional cualquier tipo de entendimiento que pueda encauzar una guerra a un final que resuelva un conflicto político que se reniega incluso de su existencia y por otro lado poder elevar indiscriminadamente las consecuencias de las penas y la represión bajo una cobertura falsa, y que éstas puedan ser extendidas a cada vez más sectores sociales. Todo esto tiene unos objetivos políticos claros de dominación.
Así, en Euskal Herria hemos conocido durante décadas periódicos, revistas y webs terroristas, agrupaciones culturales, sociales y políticas terroristas, payasos y grupos de música terroristas, ikastolas, profesores y abogados terroristas, manifestaciones y concentraciones terroristas, sindicalismo terrorista, movimiento popular y juvenil terrorista, instituciones nacionales terroristas, artículos, tweets y textos terroristas…
Así se acumulan siglos de prisión, torturas, y cierres o ilegalizaciones.
Y así en el estado español cuando lo han necesitado han aparecido los titiriteros terroristas o los raperos terroristas. Y en Catalunya las protestas terroristas o las rebeliones terroristas. (BorrokaGaraiaDa)
quarta-feira, 18 de abril de 2018
«¿Qué es terrorismo? ¿Y tú me lo preguntas?»
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