
En 1891 ya estaba legalizada de nuevo la socialdemocracia alemana, y Engels sabía del ascenso del reformismo en su interior, sobre todo de su obediencia perruna al legalismo. […] Engels recurre a las lecciones de la Comuna para advertir a la socialdemocracia alemana y a la entera II Internacional: el santo temor a la propiedad privada significa la condena eterna de la humanidad a la explotación asalariada. (BorrokaGaraiaDa)