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La discriminación no finaliza ahí. El 40% del sector tiene jornadas parciales y por lo tanto, salarios parciales. Las empresas se niegan a tomar medidas que permitan ampliar las jornadas a través de un nuevo sistema de cobertura de vacantes. Esto significa condenar a las trabajadoras a una precariedad indefinida en el tiempo.
Además, las cargas de trabajo son insostenibles. Mientras que el personal laboral de limpieza en el Departamento de Educación tiene limitada la carga de trabajo a 1.240 metros. Las trabajadoras subcontratadas llegan a limpiar entre 2.500 e incluso 2.800 metros diarios. Como consecuencia buena parte de la plantilla sufre de túnel carpiano, epicondilitis, tendinitis en el hombro, ansiedad... / Ver: ela.eus