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En realidad, todas esas siglas no fueron sino pantallas destinadas a ocultar el terrorismo de Estado, porque está bien claro quién organizó la guerra sucia, recabó información sobre los objetivos, puso ésta a disposición de los mercenarios y se encargó de pagarles. Precisamente, sirviéndose de los bien oscuros «fondos reservados» del Estado. (insurgente.org)