
[Por lo tanto, no hay sino dos opciones: aceptar el sentido común burgués o actuar según un marco de comprensión antagónica a ella. Los partidos de la clase media, en la medida que conciben en todo momento su práctica política dentro de los límites del marco burgués, se ven obligados a actuar según los significados y las concepciones que este impone. En este sentido, ellos y nosotros empleamos significados y concepciones totalmente contrarias. Bernie Sanders predica la llegada de la «revolución» en su nueva campaña, pero sabemos que esta palabra no es empleada como la empleamos nosotras, ya que no conlleva para nada la superación de la sociedad de clases. En la pasada huelga general, se denominaba «trabajo digno» a la mejora de las condiciones laborales; nosotras, en cambio, opinamos que no hay trabajo «digno» alguno bajo la esclavitud del salario. Asimismo, la palabra «socialismo», cuando no significa la autonomía y la autodeterminación del proletariado, se convierte en mero elemento folclórico e identitario.]