Na morte de Daniel VigliettiEm Manágua, Nicarágua (1983).
«Daniel Viglietti, el trovador que iluminó mil batallas»
[De Carlos Aznárez] Con todo lo que aún falta para desalambrar, con la enorme necesidad que tenemos de hallar esos «Trópicos» que nos ayuden a contener nuestras alegrías y nuestras tristezas, justamente ahora, Daniel Viglietti ha decidido partir y dejarnos un poco huérfanos de sus enormes trovas.
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Te fuiste como llegaste Daniel, con la guitarra como escudo y tu coraje cantor. Muy pronto, seguramente, volverás a entregarnos tus versos junto a Violeta, a Zitarrosa y El Sabalero, mientras Benedetti leerá poemas que vayan anunciando las victorias pendientes. (Resumen Latinoamericano)