domingo, 26 de novembro de 2017

«Fidel: La realidad de lo maravilloso»

[De Jorge Zabalza] A cada ataque del imperialismo, Fidel respondió con una medida de profundización de la revolución o con una contramaniobra inesperada que dejaba perplejo al mundo entero. Sesenta años después de la victoria, podía haber escrito sobre sus cualidades de estadista pero, desde mi punto de vista, es preferible rescatar sus proezas revolucionarias, volverlo a ver entrando a La Habana en la torreta de un Sherman, o pistola en mano, recorriendo Playa Girón. Recordar el Fidel de 1960 de la misma manera que en 1958 los blancos recordaban las cargas de los lanceros de Aparicio en 1904. Como historia viva y actual.

En esta América Latina convulsionada por el retorno de los brujos y el nuevo empuje del intervencionismo yanqui, cuánto extrañamos al Fidel de los remolinos ideológicos, de la expresión muscular del marxismo –¿no es eso la praxis?– que rompió con la coexistencia pacífica y desvirtuó la tesis de la vía pacífica. Los pueblos de América Latina necesitan el Fidel que conmovió este continente, que lo hizo dejar de ser la reserva ideológica del imperialismo. Entre el desfile triunfal de La Habana y la victoria de Playa Girón, en poco más de dos años, América Latina sufrió un cambio brutal: Fidel Castro. En esos escasos dos años su talla cobró las dimensiones de Bolívar, Martí y San Martín. (lahaine.org)