
Este miedo, este miedo en realidad imaginario y fomentado precisamente por quienes dicen que lo van a combatir, es una lacra social. Pero es una lacra que ha perdurado durante generaciones en nuestras propias sociedades, hoy en día también.
La aparente paradoja de esto se ve en que el creador del terror, del miedo, es el que se ofrece como salvador, y lo trágico es que la población le pide protección al causante del problema, en vez de pedirle su dimisión o expulsarle del poder. (EsPosibleLaPaz?)
«Uma farsa assassina» (Abril)
