
El Ejército de África, el general Yagüe, las columnas de Asensio y Castejón se dirigieron a Badajoz, importante porque representaba el faro de la reforma agraria republicana. Pero Badajoz no se rendía, yunteros, lavanderas, ferroviarios, costureras, albañiles, maestras, mecánicos, criadas, médicos... decidieron resistir, defender la República. Durante días Badajoz padeció el bombardeo aéreo incesante y los obuses sembrando el terror, las columnas sublevadas habían puesto el cerco. Las milicias populares defendían la ciudad pero no llegaba artillería ni aviación de Madrid. La ciudad tenía sus horas contadas. A los republicanos les sobraba corazón, pero les faltaban municiones. La defensa heroica sucumbió. Badajoz cayó, empezó la escabechina, la carnicería más monstruosa que se pueda imaginar. (Movimiento Político de Resistencia)