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La guerra civil sigue y seguirá martirizando la conciencia de todos y cada uno de los que tienen un mínimo de ella porque ni se ha resuelto ni se va a resolver jamás por las vías que algunos pretenden: sacando los cadáveres de las cunetas y dándoles una «cristiana sepultura» en otro lugar.
Tampoco se va a resolver en ningún juzgado porque para eso habría que cambiar los juzgados, cambiar los jueces, cambiar los fiscales, cambiar las leyes, cambiar la constitución y cambiar la jurisprudencia o, en otras palabras: derrotar al fascismo, hacer una revolución. (diario-octubre.com)