[De Ara Galán] En 1982 en las comunidades libanesas de Sabra y Chatila se cometió uno de los crímenes más ruin de todos los registrados en el siglo XX. En su momento ningún gobierno se pronunció o hizo algo efectivo al respecto. No se movilizaron cascos azules, ni hubo ruptura de relaciones diplomáticas con ningún país, tampoco se expulsó a embajador alguno. Es necesario recordar ese hecho, para exigir justicia, castigar a los responsables y en primer lugar, no hacer cómplice a nuestro silencio. (
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