El objetivo de la represión por mucha paradoja que parezca es no ejercer represión. Los opresores no son entes guiados por una maldad irracional. Sino que es estudiada y científica. De esta manera, la represión es la fuerza necesaria a utilizar para que una opresión se mantenga. [...]
No existe ningún proceso normalizado, sosegado y tranquilo hacia la liberación nacional y social. Para acabar con la opresión el precio se debe pagar en monedas de inestabilidad. Buscar una normalización en realidad es la expresión oculta del cierre de caminos. Es la «paz social» de la convivencia interclasista que busca la oligarquía y la patronal, es la paz plácida de la que hablaba Mayor Oreja en relación al franquismo. También tiene otros nombres, paz de los cementerios, pax romana.(BorrokaGaraiaDa)
«Notícias do meu país», de Correia da FONSECA (odiario.info)
A questão é que, tanto quanto me parece, a televisão mudou enquanto documento quotidiano da realidade portuguesa.