[De Iñaki Gil de San Vicente] Ahora se nos anuncia el programa Tratados de paz de la Capital Cultural Europea a celebrar en la segunda mitad de este mes de junio en dieciséis localidades. Programa avalado por muchas instituciones, museos, colectivos y festivales que versará sobre las relaciones entre el arte, el derecho y la paz: «exposiciones, laboratorios, publicaciones y formatos en torno a la representación de la paz, construcciones que pertenecen al imaginario común de las gentes y a las formas políticas que ha legado el Arte y el Derecho»1.
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Estamos ante un programa de revisión reformista de parte de las atrocidades inhumanas esenciales para el desarrollo del capitalismo desde ese siglo XVI; programa que busca, en vez de hacer «otro» mundo, solo reformar el actual hasta hacerlo «más habitable». Revisión reformista porque no se cuestionan las raíces verdaderas, los intereses de clase y de grandes potencias que provocaban esas guerras y sus paces. Frente a la visión reformista del período que se inicia en el siglo XVI, la visión crítica demuestra que la represión de «herejes», judíos y moriscos, fue vital en la formación del Imperio español en su fase de «contrarrevolución y teocracia» (BorrokaGaraiaDa)