[De Borroka Garaia] El movimiento a favor de la amnistía y contra la represión tiene todo el derecho del mundo a existir, a criticar y también, como no, a ser criticada. Por lo que el intento de ilegalización moral bajo chantaje emocional sobre todo es perjudicial para los que llevan a cabo semejante injusticia, ya que les mantiene alienados y estancados, creando un miedo paralizador que en forma de rodillo anquilosa la propia acción por no hablar del pensamiento.
Aunque fuera verdad que ese movimiento fuera creado por discrepantes con diversas decisiones del pasado no cambiaría nada, seguirían teniendo la misma legitimidad y derecho. Lo que cambia realmente es que la discrepancia queda criminalizada hasta en el mismo interior y entorno de los que promueven la injusticia. Y teniendo en cuenta que la discrepancia, la crítica y la auto-crítica son el motor revolucionario, se va acabando la gasolina para que funcione en condiciones y entra en juego el corporativismo y la burocracia como moneda de cambio. (BorrokaGaraiaDa)