[De Ángel Guerra Cabrera] El 13 de febrero, el Departamento del Tesoro de EEUU acusó como cabecilla del narco al vicepresidente ejecutivo de Venezuela, Tarek El Aissami, y anunció «sanciones» contra él: retirarle la visa y confiscar los bienes que poseyera en territorio estadunidense.
Días antes, un grupo de legisladores de ese país, entre los que destacan los contrarrevolucionarios de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen, Robert Menéndez, Marco Rubio, Mario Díaz Balart y otros por el estilo había dirigido una carta al presidente Donald Trump en la que solicitaban mano más dura contra Venezuela y arremetían contra El Aissami, al que acusan de vínculos con el narcotráfico y el terrorismo internacional. Los autores de la misiva, además de su incesante actividad contra Cuba, convertida en un pingüe negocio, apoyan a los grupos que adversan a todos los procesos progresistas en nuestra América. (CubaDebate)