[De Josemari Lorenzo Espinosa] El colofón de todo fue la desaparición de ETA, sin haber sido sustituida por un espacio político radical. El paso de una situación a otra ha supuesto un importante shock para muchos militantes. Se ha creado un vacío histórico. Y, como consecuencia, después de los primeros momentos reflejos de unidad y de la llamada acumulación de fuerzas, han venido los malos resultados electorales, algunos abandonos, el reblandecido de LAB y una división galopante entre los presos, sus familiares y las estrategias en torno a su liberación.
Junto a todo esto, se produce la aparición (o reaparición?) de nuevas opiniones y propuestas, diferencias de táctica y estrategia, desafecto hacia medios de comunicación propios, como GARA, enfrentamientos algo mas que verbales (como los del Antiguo) y presentación de nuevos grupos y plataformas que pretenden recuperar el fondo estratégico de la izquierda abertzale histórica. Son pruebas alarmantes que demuestran que hay una grieta de fondo, abierta desde 2011, que no hace mas que agrandarse poco a poco.
¿Qué posibilidades hay, en este panorama, para reconstruir al menos la unidad de acción?. Dado que son mas las cosas que nos unen, que las que nos separan. Si, como decía Monzón (refiriéndose al PNV y a HB) las cuestiones básicas, y las ideas claras, son las mismas: No reconocerse españoles ni franceses. Reivindicar la soberanía o la independencia. Aunque sea mediante la alternativa táctica de la autodeterminación. La necesidad de que a los presos se les conceda una amnistía y no solo sus derechos elementales. El rechazo a la Constitución mentirosa y a sus cortes repletas de corruptos y malversadores del voto popular. Avanzar hacia un socialismo efectivo y una sociedad igualitaria...Y un largo etcétera, que no es necesario recordar. Porque están en todos los programas. (BorrokaGaraiaDa)