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Quien parece no tenerlo claro son esos representantes institucionales que nos hablan de post conflicto. Viven en sus mundos idílicos, alejados de la realidad, ignorándola y pretendiendo que la juventud, el pueblo trabajador vasco crea en esa realidad ficticia que han creado, haciéndole creer que únicamente a través del trabajo institucional conseguirá doblegar a los opresores y represores, conseguirá sacar a las presas y presos políticos vascos de las cárceles. Para ellas y ellos, una juventud que se mueve al margen de su institucionalismo, es una juventud molesta. (lahaine.org)