La frontera de Siria con Turquía la dibujaron los imperialistas hace 100 años de tal manera que Siria pasó de constituir un país dominado por el Imperio Otomano a serlo por el imperio francés, mientras los kurdos quedaron al otro lado de la frontera, además de Irak e Irán, prácticamente en su totalidad.
La presencia significativa de los kurdos en Siria es muy reciente, consecuencia de la llegada del capitalismo al Kurdistán turco en los años setenta y de refugiados políticos a partir de la década siguiente.
Para los kurdos, Siria ha sido siempre un lugar de acogida y Turquía el enemigo común de ambos. La lucha de las organizaciones kurdas en Siria nunca tuvo un relieve propio; ha sido un eco de las entabladas contra Irak y, sobre todo, Turquía. (Movimiento Político de Resistencia)