Yo la pregunta que me hago, y creo que no soy el único, no es tanto a cambio de qué, sino cómo es posible que me sienta mucho más representado por los análisis del sindicato ELA, un sindicato que no se ha caracterizado históricamente por su radicalidad y con el que mantengo fuertes discrepancias en ciertos apartados, que con lo que se suponía era un bloque histórico a la izquierda del PNV pero en la práctica a su lado y de la mano en demasiadas ocasiones.
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En cualquier caso nos encontramos con un grave problema. El progresismo institucional está siendo uno de los tapones que impiden o retardan una ofensiva política-social que pueda confrontar con el poder y su bloque neoliberal y regionalista hegemónico. (BorrokaGaraiaDa)