Pues bien, es evidente, que todo poder se guarda en salud y procura su supervivencia, por supuesto ‘ilegaliza’ todo riesgo a su soberano dominio y por ley prohíbe a quien lo discuta.
Esa es la única razón de que la ikurriña en el siglo XXI siga siendo criminalizada, denostada y perseguida en Iruñea por el poder central español y sus sicarios que se ha traducido en numerosos apaleados y heridos y en personas encarceladas por defender la ikurriña.
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Odian la ikurriña, les revuelve el estómago a todos los falangistas, fascistones, tradicionalistas, requetés y demás caterva reaccionaria. La ven, y les sale el veneno miserable que llevan dentro. (BorrokaGaraiaDa)
A ikurriña num mastro da Câmara Municipal de Iruñea, ontem, no txupinazo dos Sanferminak. /
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