[De Pablo Jofré Leal] El conflicto palestino-Israelí tiene un componente fundamental, a la hora de entender la negativa de la entidad sionista de avanzar en un proceso que permita la autodeterminación del pueblo palestino: El Poder de los Colonos Judíos asentados en suelo palestino.
Estos, con su presencia en los territorios ocupados, su peso en materia de votos, su conducta belicista y racista juegan un papel primordial en el conflicto. Colonos que el activista israelí Uri Avnery ha calificado como los Perros de Guerra. Colonos que impiden, con un fanatismo extremo, cualquier acuerdo de paz o tan siquiera negociaciones de paz significativas, que permitan poner punto final a un conflicto que se extiende ya por 69 años. Son estos grupos los que demandan más y más tierras, en una política oficial de despojo y rapiña. Grupos imbuidos de una ideología que desprecia a la población autóctona.
Colonos protegidos por un Ejército de ocupación y exterminio al estilo de las SS hitlerianas, que violan la legislación internacional, ocupan cada pulgada de las más ricas y fértiles tierras palestinas, en asentamientos que no respetan ni siquiera las fronteras establecidas a golpe de complicidad de los organismos internacionales y los aliados de Israel. Colonos que se confunden con el ejército sin existir una distinción precisa pues muchos colonos son oficiales o miembros del Ejército Sionista y son miles los oficiales que viven en los asentamientos en los territorios palestinos. (HispanTV via lahaine.org)