Ante lo absurdo de la hipótesis, no falta quien atisba la sombra del movimiento ultraderechista de los Lobos Grises tras el atentado. Hay quien apunta incluso a un aparato militar-policial turco no suficientemente purgado y que habría actuado al margen (por encima) del Gobierno. Ni una ni otra hipótesis desmienten el hecho de que estamos ante «la razón de Estado». Del Estado turco. (naiz.info)
«Milay, Maddi y la libertad», de Iñaki EGAÑA (Gara)
Hay, sin embargo, una corte de funcionarios uniformados, de banqueros financiadores, de embozados estrategas que estrujan las celdas, que rompen los dibujos, que cuelgan los teléfonos y que prohíben los dibujos de colores. Arrogantes señores grisáceos que persiguen a hombres y mujeres, viejos y niños, por poner un poco de dignidad en su existencia. En las montañas del Kurdistán, en las selvas de Bucaramanga, en las mazmorras de España y Francia, donde habitan más de 600 presos vascos a los que está prohibido llamar «políticos».
«Senlheiro y Baltar: Dos pesos y dos medidas», de Mauricio CASTRO (boltxe.info)
Transmitida por unos medios de comunicación secuestrados por el poder político y económico, asistimos en estos días a una intolerable representación de la profunda y discriminatoria desigualdad en que este sistema se sustenta. No podemos asistir callados, porque no queremos ser cómplices. Debemos denunciar la impunidad con que en este régimen se aplican dos pesos y dos medidas en el ejercicio del monopolio de la violencia por parte del Estado.