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Existe un paradigma teórico franco-español de interpretación de la realidad que entre otras cosas se caracteriza por una visión estatato-nacional como encuadre ontológico, gnoseológico y axiológico de lo existente en su interior. Aplicado a la historia, este paradigma solucionaría todas las dudas desde dentro de la unidad material y conceptual del Estado. Un paradigma funcional a la continuidad de España y Francia como naciones únicas, aunque, en el caso español, según sus corrientes ideológicas internas, pudiera ser «nación de naciones», «nación política con nacionalidades culturales», «nación con regiones y culturas» o simplemente «nación española» a secas, por citar solo algunas. El jacobinismo francés es incluso más obtuso y cerrado.
Los pueblos oprimidos por dos Estados nos enfrentamos a dos «historias nacionales» diferentes en su forma -la francesa y la española- pero idénticas en su fondo de clase porque ambas asumen la defensa del capitalismo. Las «historias» que producen estos Estados llegan a ser incluso opuestas en las defensas de sus respectivos intereses estato-nacional burgueses, pero coinciden en la visión básica: las clases trabajadoras, los pueblos oprimidos, las mujeres explotadas, son sujetos secundarios y pasivos en el devenir. / Ler:
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