[Guión de charla-debate para asamblea de Askapena] En efecto, por su duración e intensidad la crisis sistémica actual está poniendo frente al espejo las diversas variantes del nacionalismo español, desde la más franquista y nacional-católica, hasta la de Podemos con sus loas al «empresario patriota», pasando por la extensa gama que va de la recentralización españolista del PP al federalismo espurio de IU, sin olvidarnos del casi extinto rescoldo del esperpento habermasiano del «patriotismo constitucional». Y es que la cuádruple gravedad de la presente crisis inciden de pleno en las raíces sociales de la «nación española». (boltxe.info)
«¿Es de Suecia Jonan Fernández?», de Borroka Garaia (BorrokaGaraiaDa)
La convivencia es la vida en común. Pero ¿qué ocurre cuando lo común no es común?. Que entonces la hegemonía marinerita añadirá el término paz a convivencia como si fuera un binomio pese a que una buena convivencia nunca está basada en la paz sino en la justicia y el reparto igualitario de lo común que es lo que abre paso a una convivencia en paz. Es por ello que el gobierno vascongadillo tiene una secretaría general para la paz y la convivencia y no para la justicia y la convivencia.
«Política y violencia» [México], de Carlos FAZIO (La Jornada via lahaine.org)
La vieja política despliega una violencia que al carecer de la fuerza necesaria para organizar la sociedad y regular su vida por medio de la justicia económica y la libertad política, se convierte en opresión. En el proceso de restauración autocrática de nuevo tipo en curso, los ejecutores de la destrucción creativa llaman orden al desorden, paz al miedo, justicia al hambre y desarrollo al desempleo.