Nestos momentos en los que Euskal Herria camina hacia otro tiempo, están en boca de todos/as las consecuencias generadas por la violencia derivada del conflicto político. Sin embargo, bajo el intento de imponer un único y oficial relato se esconde el objetivo de condenar al olvido a todos/as los/as vascos/as que han sufrido la violencia de los Estados.
Tras la decisión de ETA de poner fin a su actividad armada, se nos muestran con detalle (y más de una vez con falsedades) los datos y pormenores que ha generado esta violencia. Números. Nombres. Vivencias… Pero paralelas a esta realidad existen otras cifras y nombres que tanto en estas últimas décadas como en las anteriores son fruto de la violencia unida a la negación de este Pueblo, toda una cadena de sufrimiento que no se puede ocultar.
Así como en la guerra del 36 y las primeras décadas del Franquismo fueron miles los/as vascos/as fusilados/as, los/as que sufrieron el exilio, la cárcel o los campos de concentración; se cuentan por millares las personas que han sufrido la violencia de los Estados durante los últimos 50 años. La cadena de la negación no ha conocido su fin con el final del Franquismo, La actual «democracia» está erigida sobre los cimientos del anterior Régimen.
Euskal Memoria, en su primera publicación monográfica, fruto un trabajo colectivo realizado pueblo a pueblo (ver anexo), recoge los siguientes datos del período 1960-2010:
- 474 personas muertas como consecuencia de los métodos represivos de los Estados (tiroteos, emboscadas, enfermedades causadas por la represión, en controles policiales, por torturas…), o por otras causas relacionadas con el conflicto (exilio, manipulación de explosivos…).
La mitad de ellas (48,8 %, 236 muertos/as) no pertenecían a ninguna organización política, eran simples ciudadanos/as.
Los responsables de casi la mitad de las muertes (48,5%, 230 muertos/as) han sido los Cuerpos policiales del Estado español.
86 (15,6 %) han muerto en manos de grupos armados de derechas que han actuado durante diferentes períodos y en diferentes lugares (BVE, Triple A, GAL, acciones fascistas y parapoliciales…).
La política penitenciaria y la dispersión han causado 40 muertes.
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7.000 personas encarceladas.
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50.000 personas detenidas por motivos políticos.
- 10.000 personas torturadas durantes las detenciones.
Hay que tener en cuenta que estos datos son fruto de un trabajo de recogida de documentación colectiva, y que al igual que otros apartados de nuestra historia, están todavía por completar. Así mismo, que en 2011 el número de muertes ha aumentado, así como los datos de detenciones, encarcelamientos o torturas. Datos todos ellos que desde Euskal Memoria seguimos recogiendo por tratarse éste uno de los objetivos principales de nuestro proyecto.
En este sentido, consideramos inadecuada toda categorización que se intente presentar sobre las muertes o el sufrimiento. Queremos subrayar la NECESIDAD de traer a la luz a todas aquellas víctimas que se quieren ocultar. Difundir todos estos datos y desmentir las falsedades que en este baile de cifras se están vertiendo en estos últimos días («ETA ha asesinado a 857 personas, los que defendemos España no hemos matado a nadie.», ha dicho Basagoiti).
Del mismo modo, queremos denunciar los malintencionadas falsedades que aún se presentan en las listas de víctimas del terrorismo, presentando como “víctimas de ETA” a personas como Diego Alfaro, Germán Agirre, Jesús María Etxebeste, Josean Cardosa, José García Gastiain, Martín Merkelanz y Ovidio Ferreira, siendo muertes provocadas por grupos de ultra derecha, policías o por desconocidos.
«La verdad llegará de la suma de todas las verdades parciales»
En la presentación a los medios de comunicación de estos datos, Joxean Agirre, coordinador y escritor de la mencionada publicación monográfica
No les bastó Gernika, ha subrayado que «coincidimos básicamente en los expresado por ARGITUZ, en el sentido de que las medidas de reparación han de arbitrarse 'sin ningún tipo de discriminación' entre víctimas. Decimos más: el reconocimiento de todas (cosa que los estados no hacen), la reparación del daño causado, y las garantías de no repetición del conflicto y sus vulneraciones deben ser la triple garantía de una estrategia adecuada en ese sentido. El acuerdo, ratificación popular y materialización de un marco democrático para Euskal Herria son, en nuestra opinión, las mejores garantías posibles».
En ese sentido ha considerado inadecuada toda categorización maniquea que se intente realizar sobre las muertes o el sufrimiento. «Queremos subrayar la necesidad de sacar a la luz a todas aquellas víctimas que se quieren ocultar. Difundir todos estos datos y desmentir las falsedades que en este baile de cifras se están vertiendo en estos días».
Para terminar, ha remarcado la necesidad de ofrecer a la sociedad una visión lo más completa posible de las consecuencias del conflicto: «evitando así, que un estudio sesgado, incompleto o sujeto a criterios de relato único asumible por todos y todas, excluya del balance final a decenas de personas cuya existencia fue violenta. La verdad completa llegará de la mano de la suma de todas las verdades parciales, y nunca realizando una media aritmética de las mismas».
Fonte:
Euskal Memoria Fundazioa