El empeño de Pedro Sánchez de llevar al PSOE por derroteros distintos de los marcados a fuego en la Transición ha sido efímero. Mucho más que el intento de Zapatero de salirse del carril impuesto por la UE y que acabó siendo el gran hacedor de sus política, reforma constitucional incluida. Ante la derrota del ya ex-secretario general del PSOE es preciso recordar al Marx del XVIII Brumario de Luis Bonaparte, en el que recomendaba dejar que los muertos entierren a sus muertos para que las revoluciones cobren conciencia de su propio contenido.
Pero no valen, y menos que nunca en momentos de crisis general como los de ahora, los análisis de brocha gorda que reducen todo a burguesía contra proletariado. Y no son útiles porque nos impiden tener en cuenta un aspecto central de la lucha de clases: conocer las contradicciones y todos aquellos aspectos relativos a las clases dominantes que puedan debilitar al enemigo. (lahaine.org)